Esta obra está conformada por 48 pinturas sobre cajas vacías fabricadas con cascara de naranja, de las cuales 46 son los retratos
de las víctimas de uno de los acontecimientos más emblemáticos de la historia contemporánea, y que son muestra de los miles de
casos de la violencia sistémica actual.
Para ello se retoman las fotos difundidas por los familiares de los ausentes, pues en estas imágenes se reflejan las memorias y duelos, que al plasmar
sobre cajas vacías de piel de naranja seca, por su carácter residual, pero a su vez duradero, es una identificación con la vida, los restos y el vacío
que dejan las ausencias. Esos vacíos emocionales, racionales y en estos casos vacíos legales y de justicia que buscan ser llenados.
Siendo estos casos parte del imaginario social y de una memoria colectiva, que a través de retomar esta temática, nos permite la permanencia del recuerdo
y la reconstrucción de lo vivido, pero a su vez reiterar como lo pasado se alarga en el presente cada día y a cada hora. Aunque pareciera un tema olvidado,
pasado de moda y local, siguen siendo una grieta para asomarnos a los miles de casos de la violencia y revictimización sistemática que impera globalmente.
Por lo que el material de la piel de naranja, las cajas y los retratos hacen esa metáfora al proceso social de mantener la memoria para que no sea un
residuo más que se descomponga con el pasar del tiempo.
- Técnica: Ensambles de cascaras de naranja, pintura en acuarela y tinta china.
- Materiales: Cascaras de naranjas, acuarela, tinta china, madera y herrajes.
- Dimensiones: 54.5 x 41.5 x 5.5 cm
- Peso: 2.5 kg
- Año: 2017 – 2018